tregua.
(Del gót. trĭggwa, tratado).
1. f. Suspensión de armas, cesación de hostilidades, por determinado tiempo, entre los enemigos que tienen rota o pendiente la guerra.
2. f. Intermisión, descanso.
Uno de los libros que más me gustan de Mario Benedetti se llama, precisamente, La tregua, en él, se narran las aventuras y desventuras de Martín Santomé en un periodo donde él comenta que Dios le dió una tregua de su amargo destino.
En la navidad de 1914, en plena 1a guerra mundial, soldados franceses y alemanes del frente oeste de la guerra vivieron una tregua navideña donde, según se cuenta, se juntaron a cantar villancicos en sus lenguas diferentes y encontraron una inesperada sensación de armonía pensando que, si por ellos fuera, extenderían la tregua para siempre en un espíritu de camaradería y amor fraternal.
Yo vengo de una escuela jesuita, donde el lema es "Milita est vita", que en español quiere decir "La vida es lucha", vivo en un país donde nuestro hermoso y muy poco apropiado himno nacional tiene un verso que dice "Guerra, guerra, sin tregua al que intente, de la patria manchar los blasones" Independientemente de que no sé qué es un blasón, ni por qué tienen que mantenerse tan limpios, las treguas en mi vida no son algo normal, no son algo que pasa.
Por eso son tan valiosas cuando ocurren... Las batallas personales acaban siendo contra alguien cuando deberían ser contra algo: el recuerdo de un error, una vieja cicatriz, cosas que no debí haber hecho, cosas que me gustaría no saber, cobardías, mentiras, orgullo, el pasado incambiable, el indeseable futuro probable, el presente vacío. Las batallas nunca cesan, y las treguas a veces son tan inesperadas como deliciosas, un momento en el que se puede ver que no somos enemigos, el enemigo está dentro de ti y dentro de mi, pero si cada uno puede salirse de la batalla por un momento, podríamos ver que todo está bien, que seguimos siendo aquellos que fuimos antes de declararnos la guerra, que los villancicos que cantamos siempre han estado ahí, si tan sólo calláramos las armas lo suficiente para escucharlos...
La tregua puede ser maravillosa, pero temporal. Finalmente la guerra no terminará hasta que alguno se rinda. No deja de ser irónico que la única forma de que ambos ganemos la guerra es que nos rindamos el uno al otro.
Perry: Makin' love, not war...
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1 comment:
baaah, tregua.. esas son pavadas!!!
GUERRA GUERRA !!!! WAAAAAANGH !!!
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