Tuesday, March 20, 2007

Ramblings

He querido bloggear por un rato, encontrar en esto la terapia que tanto ayuda. A veces se me ocurren cosas que me gustaría compartir. Pero he estado tan ocupado viviendo que no he tenido tiempo de pensar en lo que estoy viviendo. Por eso escribo así, sin sabor y sin razón aparente.

Odio a la gente que proclama a los 4 vientos que es feliz. Siempre he pensado que si tienes que tomarte el tiempo para decir que eres feliz y si insistentemente le recuerdas a los que te rodean lo feliz que eres, probablemente no lo seas tanto. Sería altamente incoherente de mi parte ahora decir que estoy feliz, así que diré que estoy bien. En este momento me gusta mi vida. De repente me gustaría añadirle un par de cosas y quitarle otras, pero en general me gusta. Lo que más me gusta de ella es que estoy en la muy envidiable posición de poder apreciar que me gusta, de encontrarle el sabor a las pequeñas cosas y de saber que si me pongo a pensar demasiado en ella, tal vez pierda este momento particular.

Parafraseando a Beth Orton en la increíble canción "Central Reservation":

"It's like living in the middle of the ocean,
with no future, no past
and everything that's good about now
might just glide right past...
...this time, this time, this time
is fine just as it is"

Eso es todo por hoy

Perry: "I can still smell you on my fingers and taste you on my breath"

Friday, February 23, 2007

¿La muerte de una estrella?















No. Esta es la muerte de una estrella.


A veces hay que poner las cosas en perspectiva

Perry: Perspectivatin'

Monday, February 12, 2007

La tregua

tregua.

(Del gót. trĭggwa, tratado).

1. f. Suspensión de armas, cesación de hostilidades, por determinado tiempo, entre los enemigos que tienen rota o pendiente la guerra.

2. f. Intermisión, descanso.

Uno de los libros que más me gustan de Mario Benedetti se llama, precisamente, La tregua, en él, se narran las aventuras y desventuras de Martín Santomé en un periodo donde él comenta que Dios le dió una tregua de su amargo destino.

En la navidad de 1914, en plena 1a guerra mundial, soldados franceses y alemanes del frente oeste de la guerra vivieron una tregua navideña donde, según se cuenta, se juntaron a cantar villancicos en sus lenguas diferentes y encontraron una inesperada sensación de armonía pensando que, si por ellos fuera, extenderían la tregua para siempre en un espíritu de camaradería y amor fraternal.

Yo vengo de una escuela jesuita, donde el lema es "Milita est vita", que en español quiere decir "La vida es lucha", vivo en un país donde nuestro hermoso y muy poco apropiado himno nacional tiene un verso que dice "Guerra, guerra, sin tregua al que intente, de la patria manchar los blasones" Independientemente de que no sé qué es un blasón, ni por qué tienen que mantenerse tan limpios, las treguas en mi vida no son algo normal, no son algo que pasa.

Por eso son tan valiosas cuando ocurren... Las batallas personales acaban siendo contra alguien cuando deberían ser contra algo: el recuerdo de un error, una vieja cicatriz, cosas que no debí haber hecho, cosas que me gustaría no saber, cobardías, mentiras, orgullo, el pasado incambiable, el indeseable futuro probable, el presente vacío. Las batallas nunca cesan, y las treguas a veces son tan inesperadas como deliciosas, un momento en el que se puede ver que no somos enemigos, el enemigo está dentro de ti y dentro de mi, pero si cada uno puede salirse de la batalla por un momento, podríamos ver que todo está bien, que seguimos siendo aquellos que fuimos antes de declararnos la guerra, que los villancicos que cantamos siempre han estado ahí, si tan sólo calláramos las armas lo suficiente para escucharlos...

La tregua puede ser maravillosa, pero temporal. Finalmente la guerra no terminará hasta que alguno se rinda. No deja de ser irónico que la única forma de que ambos ganemos la guerra es que nos rindamos el uno al otro.

Perry: Makin' love, not war...

Friday, February 02, 2007

When I was 26, it was a very good year...

Acabo de cumplir 26 años, y siento la imperiosa necesidad de escribir un post cursi y alegre porque, neta, esto va muy bien. Entiendo que los cumpleaños a veces son el pretexto para recibir muestras de afecto vacías o para obligar a la gente a que nos trate bien, que es como ser famoso por un día, y que tal vez dos días después nadie se acuerde de ti.

También entiendo que cumplir años es envejecer, y que cada año que pasa no sólo es un año más, sino también es un año menos. Un año menos de vida. Un año menos de lo que sea que te guste hacer. Creo que es común entre mis coetáneos la añoranza del pasado ideal, el mito de que todo tiempo pretérito fue mejor. Existe la noción del desgaste, del "ya no aguanto las desveladas como antes", de las pláticas de dietas e hijos, en lugar de pedas y viejas.

Pero, ahora que tengo 26, veo cosas en mi vida que me gustan mucho y que no podía tener a los 17, ni a los 21. En estos días he recibido felicitaciones y regalos de gente que ni sabía que se acordaba de mi, de personas que creí haber perdido y de gente que está muy, muy lejos físicamente, pero que realmente están tan cerca como siempre. Este año de mi vida está empezando con topos cumpleañeros, películas interesantes, llamadas transatlánticas, anónimos resucitados, galletas inesperadas, cartas profundas, mañanitas grabadas y cantadas a capella, mensajitos en la madrugada, cenas de proporciones épicas, nicks dedicados y muchísimas llamadas, mensajitos, tarjetas, correos y abrazos. Hoy, que tengo 26, mis amigos me dicen "te quiero" y no es putería. Hoy, que tengo 26, puedo irme a esquiar a Ruidoso en Año Nuevo. Hoy, que tengo 26, querer es una aventura y no un suplicio. Hoy, que tengo 26, puedo ir al koko y no estresarme de más por la cuenta. Hoy, que tengo 26, voy a esperar a 30 personas en un antro y no 150 en una casa, pero cada una de ellas es importante. Hoy, que tengo 26, no escojo mis amigos por cercanía de bancas en el salón. Hoy, que tengo 26, quiero a mi familia aunque no estemos de acuerdo. Hoy, que tengo 26, puedo hacer lo que yo quiera, pero sé qué es lo que me conviene.

Hoy, que tengo 26, sé que esto sube y baja, pero que al final todo está bien. Que, afortunadamente, las alegrías son diferentes cada día y la tristeza es siempre la misma. Sé que no tengo ni puta idea de dónde voy a estar dentro de un año, pero que si puedo recibir aunque sea la mitad del cariño que recibí en estos días, el 31 de enero del 2008 va a ser un excelente día, y eso ya es algo a qué aspirar.

Perry: (8) Sometimes life can be deceiving, but... it's always better when we're together (8)

Monday, January 29, 2007

Eureka!!!

Acabo de descubrir la cura contra la procrastinación. Como la penicilina, la gravedad, América y otros descubrimientos importantes, no fue a propósito, yo estaba buscando otra cosa y la descubrí, y mi vida nunca será igual. Ahí les va la historia:

Me mudé a un nuevo departamento hace aproximadamente tres semanas, y mi cuarto era un caos (incluso para mis estándares): la televisión estaba en el piso, la mesa de la tele estaba en la sala, junto con el librero vacío, mientras que los libros estaban dispersos por el clóset. La ropa sucia se iba acumulando en cualquier superficie plana que se lo permitiera, incluidos el piso y encima de la tele. La situación era insostenible...

Durante esas tres semanas no me podía imaginar una tarea menos agradable que arreglar mi cuarto, así que vivía alrededor de él y, como podrán imaginar, procrastinaba. De repente ayer llego a mi casa y me encuentro con la importantísima, urgente y nada agradable tarea de llenar solicitudes de admisión y escribir ensayos para la maestría. Nada podía haber más importante que eso. ¿Adivinen qué me puse a hacer? Obviamente, me puse a arreglar mi cuarto con singular alegría.

La teoría detrás de este maravilloso descubrimiento es esta: Dadas dos tareas de similar urgencia e importancia en el corto plazo, el procrastinador siempre elegirá hacer la de menor complejidad, aún por encima de descaradamente echar la hueva. El milagro es este: Mientras yo tenía UNA cosa urgente que hacer, podía dedicarme a ver Seinfeld o jugar playstation pensando que en el último minuto la solucionaría, pero cuando se convirtieron en dos cosas urgentes, tuve que hacer una de las dos (la menos compleja) con anticipación porque el último minuto será utilizado para solucionar la otra, por lo que Seinfeld y el Playstation tendrán que esperar.

Ahora lo único que tengo que hacer es convencerme de la importancia y urgencia de resolver el genocidio en Darfur, o algo así, para por fin ponerme a hacer los ensayos.

Perry: To every end there is a beginning...

Thursday, January 18, 2007

Pity party

Seguramente en un par de días me arrepentiré de escribir este post, pues con mi cabeza tranquila super racionalizadora de eventos descubriré que este limbo es un lugar normal (como dice la canción) y hasta conveniente, porque así mantengo abiertas mis opciones o alguna otra razón igual de pendeja.

Pero ahorita no creo eso, la reacción visceral es de frustración, de pensar que estos 3 años en el trabajo y los SACRIFICIOS personales sirvieron para pura mierda, que me voy a hacer viejo en este trabajo y que dentro de 10 años voy a estar sólo, en Monterrey, haciendo lo mismo, contando historias acerca de como CASI logro mis sueños y como CASI valió la pena todo.

El otro día soñé que me llegaba un "sobre chico" que decía que sí me aceptaban (para los que no conocen el término, cuando te rechazan te mandan un sobre chico y cuando te aceptan te mandan un sobre grande, por lo que era irónico el sueño) Aparentemente la realidad promedia los sueños, porque me tocó un "sobre mediano". Lista de espera. Espera. Me caga esperar. Odio esperar. Detesto esperar. Esperar en tiempo. Esperar en mantener la esperanza viva. Esperar que un proceso sobre el cual no tengo ningún control (como si en alguno lo tuviera) se resuelva a mi favor. Esperar que la proverbial ruleta caiga en mi número y no en uno de los 75-200 otros en los que podría caer. Esperar que en el proceso no salga alguien mejor que yo o que alguien mejor que yo diga que no. Estar en la banca, listo para brincar.

Me caga, no lo niego ni lo acepto ni he pasado más allá del 1o de los estúpidos 12 pasos. Estoy emputado y ya, sanseacabó. Eventualmente, para variar, haré lo correcto y lo racional, buscaré otras opciones, mandaré mails, aumentaré mis oportunidades, bla bla bla bla bla, por el momento, NO. Por el momento, exijo y reclamo mi derecho a estar emputado y frustrado. Yo soy el malviaje, yo soy la mala vibra. No quiero que me terapeen, conozco los argumentos y todos son basura. Había un resultado bueno y este no es. FIN.

Perry: On a bed of nails YOU make me wait...

Tuesday, January 09, 2007

Chan. Maru Chan

Todo estudiante foráneo del Tec (y probablemente del mundo) tiene una deuda de agradecimiento con Momofuku Ando.

Momofuku Ando es, indirectamente, el responsable de que varios estudihambres no muriéramos de inanición en los últimos días de la quincena, o del mes, cuando al 3er día habíamos decidido que era buena idea ir al antro más caro, o llevar a la novia a cenar, o comprar algo que no era esencial para sobrevivir (chelas, comida y cigarros, en ese orden), quedándonos sin dinero y teniendo que recurrir a la sabiduría del Sr. Ando.

¿Qué hizo Momofuku Ando para merecer tales honores? El Sr. Ando, fallecido ayer a la edad de 96 años, inventó la sopa ramen, mejor conocida en México como Maru Chan, alimento indispensable al que sólo se le agrega agua caliente y listo, ya se puede comer. Los verdaderos gourmets le añaden siempre unas gotas de limón, salsa botanera e incluso jugo maggi, pero en verdaderos tiempos de escasez, cuando el limón es un lujo, la Maru Chan es la salvación.

Durante el 2006, el promedio diario de sopas ramen consumidas fue de 100 millones, y la compañía del Sr. Ando, Nissin, es el líder global de esta industria que el literalmente sacó de la nada en 1956 al hacer experimentos en su cocina.

Hoy, conmemorando su muerte, levantemos un oloroso y humeante vaso de sopa maru chan (con su tapita de papel que siempre estorbaba) y bebamos al recuerdo de Momofuku Ando, quien junto con los inventores de la caguama y de los cigarros delicados guarda un lugar especial como patrono de los estudiantes foráneos.

Perry: De camarón sin chile piquín.